martes, 4 de junio de 2013

...Metas]]

Tenemos la mala costumbre de aferrarnos a las personas, de convertirlos en nuestros pilares fundamentales que en cuanto fallan, nuestro edificio decide  derrumbarse. ¿Y sabes que es lo peor de cuando se van? El silencio. El silencio, es las noches eternas y solitarias, donde sin tú quererlo los recuerdos se agolpan en tu mente, ese silencio que se llena de ruido al recordar sus palabras,  tus palabras, y todas aquellas que quisiste decir, y no fuiste capaz. Y las mañanas, las horribles mañanas donde después de una horrible noche, te despiertas buscas explicaciones y no hay nada, ahí solo estás tú, tú y ese silencio de la soledad.  Y el tiempo pasa, y tú te intentas recomponer, buscas ayuda, pero no sabes a quien acudir, y la única persona que se te ocurre es la que más lejos esta. Y piensas "¿Qué me queda?" Y mientras buscas una respuesta, todo la atmósfera se envuelve de ese silencio que va matándote por dentro, rompiéndote en mil pedazos a cada segundo que pasa.

La lucha por ser feliz, quedo en un segundo lado, y comenzó la lucha por sobrevivir, y no te gusta, pero no te queda otra. Todo se llena de sonrisas forzadas, de un brillo de ojos que se va apagando sin que nadie lo pueda remediar  y en su lugar deja unas ojeras  que ni el maquillaje puede disimular. Lagrimas a escondidas junto a sueños rotos a la hora de dormir. Miedo de no estar a la altura, de no ser capaz de lograr tus metas.Demasiado tiempo, demasiados recuerdos, demasiado lejos, intentas acercar las distancias, pero no puedes hacer otra cosa que agrandarlas y cada día que pasa el cansancio te va ganando la partida.

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