Por un momento te imaginas lo que sería, coger el coche junto a él, y ponerle rumbo hacia ninguna parte, coger la primera carretera y llegar tan lejos como los sueños, que tendríamos sin dormir, el destino sería lo de menos, y la compañía perfecta.
Tan solo nos pararían los semáforos en rojo, en los que aprovecharías para volver a besarme. Jugaríamos a soñar que el mundo es nuestro, sin pensar en la realidad. La gente pensará que no entendemos la vida, o que estamos locos, pero qué más da, es nuestro sueño y lo vivimos como queremos.
Y cierro los ojos, y me imagino que vienes a buscarme, que me abrazas como nunca nadie me ha abrazado, tan fuerte, que los problemas dejen de sonar, tan fuerte, que parezca que el mundo se pare. Y después me susurres al oído que me has echado mucho de menos durante este tiempo, mientras yo pienso, que tú jamás te imaginarías lo mucho que te he extrañado yo. Me imagino cómo serían nuestras tardes, nuestros besos, y me dan razones para seguir luchando por ti.
Porque te quiero, y porque quien algo quiere, algo le cuesta...
No hay comentarios:
Publicar un comentario